miércoles, 23 de noviembre de 2011

16 marzo 2010 La Vanguardia

16 març 2010

En Robert sempre ha aprofitat qualsevol oportunitat per donar a conèixer les opinions de aquelles víctimes que han confiat amb la seva vàlua. No ha deixat passar cap ocasió per oferir un reconeixement a aquelles víctimes que se l’en merescut.

Tenim una nova prova en l’article de “La Vanguardia” del dia 16 de març de 2010.

Begoña: 50 años después.

Para los que llevamos media vida dedicada a la ayuda asistencial destinada a ayudar al prójimo, todo homenaje es bienvenido. Si llega tras casi cincuenta años, lo es mucho más. Y si es para recordar a una niñita de 22 meses, la alegría es indescriptible.

Hace unos días, el Congreso de los Diputados decidió por asentimiento de los  allí presentes que el 27 de junio sea el día de la "víctima del terrorismo". Aunque parezca mentira, en España llevamos cincuenta años sufriendo la lacra asesina y todavía no se había llegado al consenso necesario para encontrar una fecha que ofreciera un reconocimiento a todos aquellos ciudadanos que, sin importar creencias, profesiones ni ideologías, hemos sufrido el azote terrorista de cualquier banda asesina que, según la legislación "actuara con la finalidad de alterar la paz y seguridad ciudadana".
       
Pero dice el refrán que "es de bien nacido ser agradecido". Por ello la explicación anterior sirve para hacer público que ya en 1999, hace más de diez años, hubo alguien en Cataluña con quien tuve el honor de compartir la investigación de lo sucedido en la tarde de aquel lejano 27 de junio de 1960. Entre junio de 1999 y noviembre de 2000, el tiempo repartido entre alguien que ya era víctima y otra persona que, poco tiempo después, fue asesinada por la jauría etarra.

Era Ernest Lluch i Martín. Durante muchas horas estuvimos consultando las fuentes periodísticas, utilizando sus numerosos contactos para conocer todo lo ocurrido en Amara, estación de autobuses donostiarra. Conocimos incluso que existían varios heridos, cuatro o cinco dependiendo de las fuentes, fuentes tan bien informadas como el Vicario General de Guipúzcoa. Una vez confirmados los datos planteamos la posibilidad de que el 27 de junio fuera el día de homenaje común a todas las víctimas. Pero en aquellas lejanas fechas estábamos muy solos, a casi nadie le pareció importar aquella investigación. Y algunos que ahora creen representar a las víctimas del terrorismo pero jamás han conocido lo que es estar ingresado en un hospital o el dolor del abandono ante tantos asesinatos, ni estaban ni se les esperaba. Poco después del asesinato de Ernest comenté que él fue el único político que se preocupó de las víctimas del terrorismo en Cataluña y algún que otro impresentable me acusó de hacer política. Nada de eso. Solo fue el deseo de explicar lo que sentí al trabajar junto a Ernest Lluch. Sapere Aude.

Sirva este humilde escrito para decir que el esfuerzo de Ernest ha tenido su resultado. Y para decirles a Begoña, la 1 y la 2, y a su familia que su merecido homenaje ya ha llegado.




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