lunes, 27 de agosto de 2012

25 agosto 2012 (3) La Vanguardia

25 agosto 2012


“Ministros del Interior”

Alfredo Abián




 
Ser ex ministro del Interior en Noruega debe ser una tortura. Y en Holanda, no digamos. La justicia nórdica ha condenado a 21 años de prisión al ultraderechista Breivik por asesinar a 77 personas. El terrorista loco, que como todos está cuerdo, ha pedido perdón porque se le escaparon vivos muchos adolescentes social-demócratas en el campamento de Utoya. El exgeneral  serbobosnio Madlic espera la condena del Tribunal Penal Internacional por genocidio contra la población musulmana. El primer asesino en serie se encuentra en una prisión a las afueras de Oslo; el criminal de guerra, en el centro de detención de Scheveningen, en La Haya. Son cárceles de una enorme dignidad para los reclusos: hoteles de lujo, dicen... España no está preparada para esta generosidad. El popular Jaime Mayor Oreja, que fue titular de Interior con Aznar como presidente, debe considerar que los noruegos fortalecen el terrorismo con una condena y un trato tan condescendientes. Hasta ahora, en democracia, haber arrastrado la cartera de Interior imprimía carácter. Desde Fraga y Martín Villa, que fueron ministros de la Gobernación, pasando por Rosón, Barrionuevo y una larga relación, todos, casi sin excepción compadecieron a sus antecesores y dieron la bienvenida a sus sucesores. Desayunar con cadáveres servidos por ETA generaba una complicidad por encima de la ideología. Incluso Fraga, padre del PP, fue generoso con Felipe González cuando los propios populares le colgaron la X de los GAL. “En materia de lucha contra el terrorismo, no seré yo quien le saque los colores”, clamó el de Perbes. Treinta años después, un ex ministro de tono episcopal se arroga una fortaleza atormentada para acusar a sus correligionarios en el Gobierno de ser débiles ante ETA. Huele a fanatismo intolerante. Mal asunto.














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