jueves, 12 de septiembre de 2013

09 septiembre 2013 Interviu (opinion)

09 septiembre 2103

Hasta el terrorismo era negocio
Correa engordaba las facturas de los actos que le encargaban sus amigos

Correa fue durante muchos años hombre de confianza del PP. Tanto, que se recurrió a él hasta para hacer la pancarta de la manifestación unitaria en repulsa por el atentado de las Torres Gemelas, lo que aprovechó para quedarse con un beneficio de casi el 50 por ciento. El jefe de la Gurtel engordaba las facturas de sus amigos. Cómo demostrara su agradecimiento después, es otra historia.
El 11 de septiembre de 2001, dos aviones pilotados por terroristas se estrellaron contra las torres que conformaban el World Trade Center de Nueva York, mientras un tercero lo hacía contra el Pentágono, cuando minutos después se desplomaron los rascacielos, se tambaleó el mundo entero.
En aquella España presidida por José María Aznar, las fuerzas políticas y organizaciones sociales convocaron una manifestación unitaria para el día 20, para canalizar la repulsa social por los atentados de Al Qaeda. Allí acudió el Gobierno, con el vicepresidente Rodrigo Rato a la cabeza, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero y el del PP, Javier Arenas, losexpresidentes del Gobierno Adolfo Suaréz y Leopoldo Calvo Sotelo, los líderes sindicales, presidentes autonómicos...
Para la importante concentración se necesitaban dos cosas: una frase y una pancarta. La frase fue corta y contundente: "Por la paz y contra el terrorismo". De la pancarta se encargó el gobernante Partido Popular y, por supuesto, fue Francisco Correa quien acabó haciendo el trabajo por encargo del aparato que controlaba entonces Javier Arenas.
La factura la cursó Special Events, una de las principales empresas de la trama corrupta, al PP y alcanzó las 80.000 pesetas más el 16 por ciento de IVA pero la Gurtel tenía la costumbre de confeccionar una cuenta interna en la que reflejaba el coste real del trabajo, lo que facturaba y, por tanto, su margen de beneficio.
Pese a que se trataba de una cita contra el terrorismo, de que en la convocatoria participaron todas las fuerzas políticas y sociales, de que no era un acto al uso, Francisco Correa no pudo conmtener las ganas de hacer dinero y cargó el trabajo con casi un cincuenta por ciento de margen de beneficio. Lo que costaba 54.000 pesetas se convirtió en 80.000: la pancarta contra los atentados de Al Qaeda, supuso un negocio para la Gurtel de 26.000 pesetas.

La boda, el Papa y Becerril

Francisco Correa cobraba caro al PP, pero tendía a ser generoso con sus amigos. En septiembre de 2002 se hizo cargo de los 32.452'42 euros que costó la iluminación de la boda entre Alejandro Agag y Ana Aznar, hija del entonces presidente del Gobierno. La noticia, adelantada por El País, sentó especialmente mal a José María Aznar, a quien, además de arremeter contra el medio de comunicación, no se le ocurrió mejor idea que apelar a la amistad entre Francisco Correa y Alejandro Agag para explicar que el primero le hiciese un regalo de bodas de ese calibre. La amistad entre ambos debía ser notable, por cuanto el jefe de la trama Gurtel no solo se hizo cargo de la organización de parte del evento, sino que fue testigo de la boda por parte del novio, un lugar reservado a los muy cercanos.
Los gastos de la boda Aznar-Agag que asumió Correa provocaron un cruce de facturas entre la matriz de la Gurtel, FCS y Special Events, otra de las empresas de la trama. El documento aportado por el periódico madrileño es la hoja resumen que solía hacer la gente de Correa de cada acto organizado. De momento, los investigadores solo han encontrado dos facturas referidas a la boda y que Agag no pagó. Una, del 3 de septiembre de 2002, que recoge un gasto de 1.118 euros por las "cinco habitaciones dobles en régimen de alojamiento y desayuno en el hotel Parrilla Príncipe de El escorial del 02 al 06/09/02 para Apogee", que ocuparon los técnicos de la empresa de sonido que ambientó la fiesta, la misma que participó posteriormente en los trabajos durante la visita del Papa a Velencia. El segundo gasto de esta misma factura recoge el alquiler de dos coches para estos operarios. La otra factura, fechada el 10 de septiembre, se hace cargo de la ampliación del alquiler de los coches por un día más y de los gastos de gasolina.
Antes de la boda en El Escorial, Alejandro Agag y Francisco Correa ya han coincidido en otros eventos  del PP que han producido notables beneficios al cabecilla de la Gurtel. En junio de 1998 viajan juntos a Venezuela, en un intento de Aznar de evitar la victoria de Hugo Chávez, un trabajo por el que Correa cobró 21 millones de pesetas. Un mes más tarce Correa organiza la reunión de jóvenes altos cargos del PP en Navalcarnero (Madrid), unos encuentros promovidos por Agag para organizar "el banquillo del banquillo" en el partido. A la hora de facturar este encuentro, Correa no tiene amigos y prácticamente duplica el coste de los servicios. Alojar y dar de comer a 62 personas durante dos días le sale a la Gurtel por 830.648 pesetas, lo que no le impide cobrar más de 1'3 millones al Partido Popular. La siguiente factura lleva la misma fecha, con unas nuevas 221.850 pesetas por "gastos de alojamiento y comidas" que ya estaban reflejados en la anterior, aunque esta vez quien paga es la Fundación Instituto de Formación Política, con sede, como el PP, en la cale Génova de Madrid pero con CIF distinto. A la semana siguiente llega otra factura al PP, en esta ocasión por la "cena especial de clausura" y por otras 221.775 pesetas. Lo que había costado algo menos de un millón, incluyendo el jamón y unos gastos de la tarjeta de crédito de Correa que carga al evento, se convierten en 1'74 millones de pesetas.
La Policía no ha encontrado, de momento, todas ls facturas que tienen que ver con este "clan de Becerril" que gusta de organizar Agag conel apoyo y la participación de su futuro suegro. Sí hay soporte documental del nuevo "Seminario con jóvenes altos cargos del Gobierno" que se organizó en Becerril de la Sierra (Madrid) en noviembre de 2001. En este acto, con asistencia destacada del futuro yerno de Aznar, el sonido lo puso Apogee, la misma empresa que lo haría poco después en la boda sin coste para Agag. Esta empresa facturó a Correa 125.000 pesetas, pero el jefe de la Gurtel duplicó la cantidad en su factura al PP.
Pese a su amistad con Agag, Correa se pone las botas con esta reunión del clan de Becerril. La Gurtel paga al hotel 8.000 pesetas por cada habitación, pero se las cobra a su amigo a 12.000. Ese 16 de noviembre acude a comer con los jóvenes del Gobierno el número dos del PP, Javier Arenas. Cada comensal cuesta 5.000 pesetas, pero Correa lo factura a 8.500. Por la noche, más de lo mismo: van dos ministros a cenar, y lo que es a 2.800 pesetas el menú se convierte en las manos de la Gurtel en 4.500.
El domingo cierra el acto el propio José María Aznar, que lleva tiempo dando realce a las cosas de Agag, su ayudante y futuro yerno. A la comida con el presidente acuden muchos más invitados, y el almuerzo pasa de las 5.250 pesetas por comensal que paga Correa a las 8.500 que paga el PP. Bueno, el PP no, porque otra vez se giran las facturas a la Fundación Instituto de Formación y Política, que ya no figura entre las que controla el PP.
Correa no solo daba sablazos a sus amigos del clan de Becerril, era una constante en su relación con el PP. Hubo un momento en que la trama Gurtel controlaba absolutamente toda la actividad del partido, en todo el teritorio nacional. Por ejemplo, en las elecciones autonómicas de mayo de 2003 facturó a todas y cada una de las organizaciones regionales por montar sus actos elctorales. Por supuesto, donde mas cobró fue en la omunidad Valenciana, donde se presentaba por primera vez Francisco Camps, que acabaría siendo el "amiguito del alma" de la trama. Correa, incluso, confeccionó un atril tipo, para todos igual, y lo vendía sede por sede del PP a más de 1.800 euros. Una Convención de Candidatos le suponía a Gurtel poder cobrar al PP casi 200.000 euros de golpe, y organizar solo el acto de pegada de cartles de Jaime Mayor Oreja en las elecciones vascas de 2001 permitió facturar cuatro millones de pesetas de las de entonces.
Sirve como resumen de esta habilidad para el sablazo un informe de la Intervención General de la Administración del Estado, según la cual Correa le sacó a sus relaciones con la Comunidad de Madrid un beneficio del 128'07 por ciento. Y eso que el engorde de precios no pasaba desapercibido, porque casi todas las consejerías madrileñas protestan, unas porque les parece "carísimo" el trabajo facturado, otras porque no pueden "asumir costes tan elevados" y la que menos porque dice que se nota que han fraccionado el precio en varias facturas para no tener que sacar el trabajo por concurso, algo que está prohibido.

El video de Majadahonda

Pero allí estaba el entonces viceconsejero de Presidencia Alberto López Viejo, a las  órdenes de su consejero, Francisco Granados, para solucionar problemas. Figura en el sumario una carta de la Gurtel el ahora imputado López Viejo, también miembro del clan de Becerril, que arrancando con un "Estimado Alberto", desgrana amargamente, y una por una, las dificultades que les están poniendo todas las consejerías para poder cobrar esos actos que organizaba él pero que pretendía quepagaran entre todos.
Si Correa inflaba los precios al PP, más lo hacía si el que pagaba era amigo al que luego corresponder. Es el caso del Ayuntamiento de Majadahonda (Madrid), donde la Gurtel se hacía cargo de cualquier actividad. Como detalle se puede decir que en diciembre de 2001, el entonces alcalde, Guillermo Ortega, tenía cuentas en Suiza a medias con Pablo Crespo, lugarteniente de Corea, y compartía también sociedades en el paraíso fiscal de la isla caribeña de Nevis. Y en esa misma fecha, la trama corrupta se hacía cargo de la producción de un video promocional de Majadahonda titulado "Creciendo en Calidad". Las facturas por ese trabajo son de amigo: un millón de pesetas por localización de exteriores, otro millón por coordinación general, cinco millones más por "coordinación, ayuda de producción y ayuda de realización, así como trabajos auxiliares"; aunque pudiera parecer que ya estaba todo cobrado, no, faltaba: un millón más por, de nuevo, "trabajos auxiliares", otro millón de pesetas por la dirección del video, otro millón "por figuración, maquillaje y vestuario" y 900.000 pesetas po, otra vez, "coordinación general". Un dineral.

Opinión:

Aunque parezca increíble, algunas víctimas (pocas, para qué engañarnos) ya habíamos denunciado que podía estar ocurriendo algo similar en las extrañas maneras de repartir subvenciones a algunas asociaciones que están, se supone, para asistir a las víctimas. Extraños repartos que no alcanzaban los 12.000 euros en una sola entrega de modo que ni receptor ni dador estaban obligados a ofrecer explicaciones.
Por esta razón no es tan extraño que se descubran estos “juegos malabares y económicos” en aquello que pueda tener relación con el reparto del dinero de todos los españolitos de a pie.
No me sorprende nada de lo que pueda suceder en lo relacionado con el terrorismo y “las” víctimas. Tampoco me sorprendió que se valorara en una cantidad más alta una cristalera o una cortina que las heridas de algunas víctimas. Lo que sí me sorprende es que seamos tan pocas, poquísimas,las víctimas que exijamos limpieza y transparencia en todo cuanto tiene relación con nuestro mundillo...

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