lunes, 9 de diciembre de 2013

8 diciembre 2013 El Correo


08 diciembre 2013 



ETA permite a sus presos en Francia usar un control telemático para salir de prisión

La medida, a la que la banda se había opuesto durante años, posibilitará a los 6 reclusos galos de ETA en el país vecino optar a la libertad condicional



Un gesto de cierta apertura. ETA ha autorizado a sus presos en Francia a que acepten el uso de un control telemático –las tradicionales pulseras– y el pago de indemnizaciones para poder disfrutar de la libertad condicional y abandonar así las prisiones en las que cumplen condena. La medida se ha adoptado tras el debate que la organización terrorista ha mantenido en los últimos meses sobre qué pasos deben dar sus reclusos para favorecer su reinserción. Entre estas iniciativas figura también la de permitir que los internos en cárceles españolas puedan recurrir a la Justicia para solicitar su traslado a centros penitenciarios cercanos a Euskadi.

La posibilidad de que los presos que lo deseen puedan utilizar ese control telemático –una opción que la banda restringe a Francia, no a España, según la agencia Vascopress–, supone un movimiento de cierta trascendencia por varios motivos. El primero, que es una decisión firme tomada por la dirección de la organización. El segundo, porque durante años la cúpula terrorista se había opuesto a ello. La dirección de ETA entendía que sus militantes no podían ser tratados como un recluso común, sino que merecía un estatus militar. El gesto, sin embargo, tendrá un limitado recorrido en la práctica. Según ha podido saber este periódico, sólo podrán beneficiarse seis internos de la banda en el país galo, los seis nacidos en Francia. Los otros 111 etarras encarcelados en el país vecino tienen nacionalidad española y no tendrán la opción de quedar en libertad bajo la vigilancia de una pulsera especial de control.
Lo habitual para los presos de ETA españoles recluidos en centros penitenciarios galos es que sigan dos caminos. Uno, que tengan causas pendientes en Madrid, por lo que cuando pueden optar a la libertad condicional son trasladados para que cumplan sus condenas en España. Si no las tienen, lo normal es que sean expulsados. Los tribunales galos incluyen la prohibición de residencia en Francia en sus sentencias por delitos de terrorismo.

La utilización de controles telemáticos, aunque no era permitida oficialmente, sí que venía siendo una opción a la que se acogían ya algunos reclusos en Francia. El pasado 26 de marzo, Argi Perurena Pascual ‘Larrain’ –de nacionalidad gala– salió de prisión gracias a ese mecanismo, aunque tuvo que residir en París hasta el 2 de septiembre a modo de prueba. A comienzos de año Jon Parot, también francés y exintegrante del ‘comando Argala’ que dirigía su hermano Unai –quien dio nombre a la ‘doctrina Parot’–, redactó una petición para obtener la libertad condicional –fue condenado a cadena perpetua y lleva en prisión desde 1990– en la que mostraba su disposición a emplear la pulsera de control. La Justicia francesa no aceptó su solicitud de excarcelación.
Textos de 1007, 2009 y 2011 El control telemático como requisito para obtener la libertad condicional ha sido sistemáticamente rechazado por ETA en los últimos años.

Una comunicación dirigida a los presos en 2007 señalaba que “el confinamiento es otra forma de control, igual que la pulsera electrónica, el tercer grado o los permisos (…) El Estado nos dice dónde hay que vivir, lo que podemos hacer, lo que no… y eso en nuestra opinión, es tan humillante como el resto de cosas. Además en los términos que sé plantea hoy en día no lo deberíamos aceptar”

Otro documento elaborado en 2009 establecía que “no se aceptará la pulsera” de control para obtener la puesta en libertad. Ese mismo año, el 5 de julio, los presos de ETA difundieron un comunicado en el que hacían referencia a la puesta en libertad por enfermedad grave de dos reclusos, Mikel Gil Cervera y Bautista Barandalla, que habían salido de prisión sometidos a control telemático. El texto advertía que la pulsera electrónica era un mecanismo “para el control político” y que resultaba inadmisible, aunque en el caso de Barandalla y Gil parecían hacer una excepción “dado que está en juego su vida”. En octubre de 2011 la dirección de ETA envió otra comunicación a las cárceles en las que se aceptaba salir de prisión con pulsera telemática “en el caso de enfermedad grave”.

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