martes, 13 de mayo de 2014

13 mayo 2014 (10.05.14) La Opinión de Zamora (opinion)

10 mayo 2014


En su publicación del día 1 de mayo de 2014 en la que hacían referencia a mi persona, Dª Pilar Manjón Gutiérrez quiero ponerles en conocimiento al respecto de su publicación, lo siguiente: en dicho artículo se vierten opiniones e informaciones totalmente inveraces, que, solamente con un mínimo esfuerzo de contrastar (algo habitual en periodistas de prestigio) se hubiese dado cuenta de su posible contenido ilegal e ilícito. Ni perdí una hija de dieciocho años, ni, el día que ustedes dicen estaba haciendo lo que ustedes dicen.
Dicha publicación me ha causado daño moral y psicológico irreparable ante la mentira publicada. Me asesinaron un hijo, tenía veinte años y en la fecha que ustedes dicen que me hallaba llamando a radios (comprobable con la petición judicial que realizaré de las grabaciones) me encontraba en el improvisado tanatorio del Ifema de Madrid, lugar del que salimos 3 días después del atentado, para seguir esperando el féretro de mi hijo, 8 días y 8 noches.
Es preciso aclarar, en relación a la carta firmada por Antonio de Ávila que se trata de una información fraudulenta, mendaz, usada políticamente, repugnante, y sobre todo falsa.

Pilar Manjón Gutiérrez.

Opinión:

Es doloroso apreciar como alguien que pretende informar es capaz de cometer el error de confundir experiencias y datos personales. Espècialmente al ver que se habla de personas que han sufrido la pérdida de un hijo y que son conocidas por su compromiso social en evitar que esa misma situación pueda repetirse en otras familias.
Tuve conocimiento de este error publicado en el Diario de Zamora el pasado viernes 9 de mayo, cuando estaba precisamente con Pilar Manjón en Madrid para asistir a la presentación de la novela y serie de TV “La revolución de los angeles”, de la cual soy Jefe de Comunicación y actor.
Para quien no lo sepa, aclarar que conozco a Pilar desde poco después de los atentados de Al Qaeda del 11 de marzo de 2004 en Madrid, ya que yo también soy víctima del terrorismo, en mi caso del atentado ocurrido en Hipercor en 1987. Llevamos diez años trabajando juntos y en muy pocas ocasiones la he visto tan abatida como la vi el pasado viernes, cuando me explicaba lo ocurrido con el escrito del señor Antonio de Avila y me explicaba que se había visto obligada a contestar ante los continuos errores publicados por este individuo.
Mientras hablaba con ella me vinieron a la mente muchos de los errores que en 27 años he tenido que leer cuando se habla de terrorismo, ya sea víctimas o de terroristas. Me he tenido que tragar muchas sandeces y muchas informaciones absolutamente interesadas y manipuladas que desinformaban sobre la realidad de los hechos.
 Y para muestra un botón: hace unos días otra víctima, con un enfado comprensible, me hacía llegar una entrevista en un diario de tirada nacional con cierto individuo que textualmente decía haber sufrido en el atentado de Hipercor, “graves quemaduras en ambas manos” cuando tanto esa víctima como un servidor tenemos la sentencia en la que se acredita que el tal individuo “curó de sus lesiones en [x] días sin secuelas”. Aunque ya conozco las barbaridades que ese individuo (y otros de su círculo más cercano) han cometido en los últimos años aprovechando las heridas y el dolor de otras víctimas en beneficio propio, lo que más me dolió fue ver el nombre de un excelente periodista (y amigo personal) firmando esa información sin duda convencido de que quien le explicaba esas circunstancias no le mentía y por tanto no sería necesario contrastar los datos recibidos.... y sinceramente entiendo que a mi amigo periodista le engañaran porque ¿quién puede imaginarse que alguien aprovechará el dolor ajeno para inventarse secuelas propias?
Sirva esto como amistoso consejo a los miembros de la clase periodística: por favor, antes de publicar datos hay que contrastarlos.

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