domingo, 23 de noviembre de 2014

22 noviembre 2014 El Periódico de Catalunya (opinión)

22 noviembre 2014



Las miserias del oficio

Angel Casas






Me he duchado esta mañana escuchando la radio y me ha parecido entender que debatían sobre si la entrada en la cárcel de Isabel Pantoja tenía que ser objeto de tratamiento en la tertulia del día, o si era motivo suficiente para editorializar, o… No sé, por las mañanas me cuesta reaccionar y ponerme a tono y a veces, cuando me sumerjo en las tertulias, suelo pellizcarme para comprobar si están hablando del país real, del país del narinan (anar-hi anant) o si ya hemos pasado pantalla y somos un país independiente e ideal.

Mientras intentaba cerciorarme de si los tertulianos se la estaban pillando con papel de fumar o, simplemente, yo no había entendido el enfoque del asunto, le empecé a dar vueltas al triste sino de la cantante. Me desfiló el flash-back de la Pantoja cantando ante Paquirri en los programas de Lauren Postigo, la cornada y muerte del torero, los años de viudedad, la parodia de Martes y Trece sobre ella y Encarna Sánchez, los tiempos de secretitos compartidos con María del Monte, el crecimiento y desarrollo de un huérfano al que nunca llamaron Paquirrín, los años marbellís con el alcalde de la cintura de los pantalones en los sobacos, los de la permanente alcachofa de Telecinco pegada a su costado, los llenazos impresionantes en sus actuaciones tanto en Can Zam como en el Liceu… Y me reafirmé: claro que la Pantoja nos atañe, claro que pertenece a nuestro universo sentimental. Y sentí una pena enorme por un personaje al que le cogí cariño a mediados de los ochenta. Aprecio personal y cariño profesional porque tras un año y pico de luto riguroso tras enviudar, cuando los chicos del micrófono callejero no lograban sonsacarle apenas nada, aceptó por vez primera conceder una entrevista tranquila, sosegada, en un plató, conmigo. Fue cuando TV-3 no tenia manías ni la sanidad recortes y al Casas Show acudían protagonistas de aquí, de allá y de acullá, o sea, de allende los mares.

Ocurrió el 8 de abril de 1986. La expectación por parte de los colegas, y también la envidia, era máxima, como si se tratase de la celebridad más deseada del universo. Una Greta Garbo rompiendo su eterno silencio. Un Kennedy hablando de Marilyn. Bueno, quizás no tanto. El morbo estaba en la tensas relaciones que mantenía con la familia de su difunto marido por causa de la herencia, fundamentalmente. En lo referente a este tema me previno que no quería que lo mencionara. Yo estaba preocupado porque, si bien tener a la Pantoja era un éxito, no preguntarle por la tirantez entre las familias era un fracaso periodístico. Estratégicamente derivé la charla hacia la fiesta de cumpleaños de su hijo. Hablamos de los invitados y de los regalos y, ya puestos, le pregunté:
-Y su abuelo, ¿qué le ha regalado?
Pantoja cambió el rictus, hizo una pausa, me miró y, con inapelable rotundidad, sentenció:
-Mi hijo no tiene abuelo.
Evidentemente era el scoop.

Al cabo de unos días apareció Isabel Pantoja en la portada de la revista Diez minutos. Se anunciaba una entrevista exclusiva con el titular «Mi hijo no tiene abuelo». Y en el interior, como si la hubiera hecho la periodista que la firmaba, Chelo García Cortés, y sin mencionar el programa de donde la había copiado, porque, evidentemente, en Madrid, desde donde se publicaba la revista, no veían TV-3, estaba íntegra mi entrevista. Además, la portada era la foto que Chelo nos había hecho en el plató hábilmente manipulada para que la Pantoja apareciera sola y en un lugar irreconocible.

Esta mañana, mientras desayunaba y los informativos de la tele se llenaban de Pantoja, he pensado que debería telefonear a Chelo y pedirle mi parte de los honorarios.


Opinión:

Pese a no ser un artículo directamente relacionado con victimología terrorista, las palabras del maestro y amigo Angel Casas coinciden con mi escrito del pasado día 17 de noviembre.
Parece que va siendo hora de poner a algunos de los aprovechados del trabajo ajeno en su sitio. Y habrán mas, sin duda alguna… algunos que  incluso se dedican a insultar en las redes sociales faltando al mas mínimo respeto que merecen las ideologías ajenas…

El enlace del artículo en cuestión es el siguiente:

http://eltrasteroazul.blogspot.com.es/search?q=isabel&max-results=20&by-date=true



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