jueves, 15 de enero de 2015

15 enero 2015 (2) El Mundo del Siglo XXI (opinión)

15 enero 2015

Terrorismo. Los atentados de París elevan la alarma en España

Defensa alerta a los militares del riesgo de los 'lobos solitarios'

Envía una circular a todas las unidades para que extremen las medidas de autoprotección



Entiende que el colectivo más amenazado, por su presencia internacional, es el militar

Estamos ante una situación muy tensa. Los atentados  perpetrados por los yihadistas de al Qaeda en París han elevado la alarma en España. Tras la decisión del Ministerio del Interior de elevar al nivel 3 (de baja intensidad) el nivel de riesgo, el Ministerio de Defensa también ha decidido tomar sus propias medidas.
El mismo día que el Departamento dirigido por Jorge Fernández tras reunirse con analistas de la Policía, la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia, entendió que la amenaza había crecido, Defensa envió una circular a todos sus efectivos para que adoptaran medidas de autoprotección. Porque entienden que el colectivo más amenazado ahora mismo, por su presencia internacional, es el de los militares.
El nivel de alerta fijado por Interior supone un aumento de participación en la seguridad nacional de unidades policiales especializadas (unidades de choque armadas) y un aumento de la vigilancia sobre un listado de infraestructuras consideradas estratégicas para el Estado (puertos, aeropuertos, metro, entidades bancarias, centrales nucleares, organismos oficiales...). Este nivel de alarma no implica la participación directa de las Fuerzas Armadas. De hecho, el ministro del Interior, cuando informó de la elevación a nivel 3 tras los atentados de París, explicó que únicamente se había «notificado» al Ministerio de Defensa la decisión de elevar el nivel.
Pero los responsables del Departamento dirigido por Pedro Morenés entendieron que su gente, los militares, debían tener en cuenta no sólo este cambio de situación, sino que debían ser sensibles a ello. Y por este motivo, los responsables de la seguridad del ámbito militar cursaron una circular para que sus subordinados activaran las medias de autoprotección.
¿Y cuál es la preocupación principal? El mayor de los temores, la mayor de las amenazas que se han tenido en cuenta a la hora de tomar la decisión es el riesgo a actuaciones contra militares por parte de lobos solitarios.
Entienden estos analistas que el papel predominante que está teniendo el Ejército en la presión internacional contra el autodenominado Estado Islámico fuera de nuestras fronteras lo coloca en el punto de mira de los yihadistas. Por lo tanto, se pretende concienciar de ello a los integrantes de las Fuerzas Armadas.

Circular similar

No es la primera vez que las Fuerzas Armadas advierten a los suyos para que extremen su protección. Ya hace dos años, cuando se produjeron los ataques de lobos solitarios en Gran Bretaña, los responsables de Defensa cursaron una circular similar a la actual, con recomendaciones y consejos de autoprotección para prevenir este tipo de ataques.
Y sin duda, el principal, es que eviten acudir a sus centros de trabajo de uniforme. Se trata de que en los desplazamientos vistan de civil y se cambien ya en sus destinos, que nadie se relaje. Ya como consecuencia de la presión de ETA se autorizó a los militares a no vestir de uniforme en sus desplazamientos. Ahora, con el fin de la organización, la orden estaba más relajada. Asimismo, recomiendan vigilar la zona de entrada y salida de sus domicilios y variar de itinerario, no hacer siempre los mismos trayectos y a las mismas horas.
En el caso de los militares destinados en el extranjero, Defensa no entiende que sea necesaria alertarles. Están ya en zonas peligrosas y las medidas de protección que tienen en marcha son mucho más potentes que las que están recomendando ahora a los militares que están en España.
España tiene despliegue vinculado a la lucha contra el terrorismo internacional fundamentalmente en Afganistán y en Malí. En ambos países tiene presente un importante contingente dirigido a adiestrar a los mandos militares de aquellos países para que hagan frente a la expansión del Estado Islámico.

Opinión:

Hay ocasiones en las debo morderme la lengua para no escribir lo que pienso en realidad. No me gustaría que alguien pudiera sentirse ofendido al leer cualquiera de las opiniones que expongo con toda sinceridad.
Pero leyendo lo que se escribe últimamente sobre los llamados “lobos solitarios” me surge el enojo con demasiada facilidad.
Solo voy a repetir parte de una información ya publicada en el link http://eltrasteroazul.blogspot.com.es/2011/11/29-octubre-2007.html.
Es increíble que tengan que actuar en el extranjero los denominados “lobos solitarios” para que se retoque una legislación que, por mi parte, ya solicité fuera modificada en 2007 y más tarde en octubre de 2010. También en nuestro país hemos sufrido atentados perpetrados por lo que ahora, de modo rimbombante y publicado con bombo y platillos, se va a reconocer como terrorismo.
Pero puedo decirle al Gobierno que se relaje porque el ciudadano en cuestión, por quien llegué a tener un enorme aprecio al ser un abuelote entrañable y encantador, ya murió hace unos años. Aunque murió sin estar reconocido como víctima del terrorismo. Patético.


Publicado en “Interviú” a fecha 29 octubre de 2007

... Con la entrada en vigor de la Ley de Solidaridad, tampoco nadie le informó. Ni el Ministerio del Interior, desde la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo, ni desde la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), que durante muchos años fue la única ONG que recibía subvenciones públicas para atender a los damnificados por ETA. El Ministerio del Interior quiere reparar estas injusticias, y, al poco de ponerse manos a la obra, ya ha localizado 294 víctimas de ETA, con sentencias del periodo 2000-2006, que no han cobrado su indemnización. "Algunas cantidades llegan a los 60.000 euros” explica José Manuel Rodríguez Uribes, director general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, dependiente de Interior. La Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) está en el origen de la búsqueda emprendida por Interior. "Su labor ha sido clave para poder reparar estas situaciones –dice Rodríguez Uribes–. Animo a los demás colectivos de víctimas a hacer lo mismo" . 
El artífice de la búsqueda es Roberto Manrique, portavoz de ACVOT, víctima directa del atentado de Hipercor, en el que murieron 21 personas y 46 resultaron heridos, en 1987. "Nuestra labor en ACVOT es asistencial y por eso llevamos años localizando a víctimas para informarlas de sus derechos y poder ayudarlas –explica Manrique–. Nos hemos encontrado víctimas casi a punto de enloquecer, porque durante décadas han vivido en la más absoluta de las soledades, sin apoyo psicológico". Manrique entregó a Rodríguez Uribes una lista con 103 víctimas que habían sufrido atentados en Cataluña y cuyas sentencias judiciales fijaban unas indemnizaciones que nunca habían cobrado. El portavoz de ACVOT sospecha que puede haber más de las 294 víctimas sin reparación que ha encontrado interior. Podrían ser 500: "Es que hay muchas víctimas sin sentencias porque no se ha detenido a los terroristas", explica Manrique. La Ley prevé también estos casos: cuando no hay aún una sentencia judicial que especifica una indemnización, se ha de aplicar un baremo provisional en función de las secuelas de las víctimas.

José María Clúa Castells 
Un ex miembro de Terra LLiure le dejó cojo y sordo con un explosivo en Barcelona (13 de mayo de 2002). Dicen que lo suyo no fue un atentado

La ancianidad de José María Clúa, de 88 años, se ha estropeado con un negro episodio. El 13 de mayo de 2002, mientras regaba sus plantas en la terraza, a Clúa le alcanzó de llenó una explosión. Eran las dos de la madrugada. Guillem Godó Blasco, que había militado en la extinta banda terrorista Terra Lliure, había colocado un artefacto explosivo en una oficina de La Caixa en Barcelona, en los bajos del edificio en cuyo segundo piso reside José María. Al anciano se le incrustó un fragmento de metralla en la pierna izquierda, que cinco años después le sigue dando problemas. También ha perdido capacidad auditiva y, lo peor, se le ha agravado la insuficiencia coronaria que ya sufría, según consta en la sentencia de su caso. El fallo ordena que Guillem Godó indemnice a Clúa con 57.250 euros, pero la sentencia ha sido recurrida y, hasta que sea firme, el anciano no verá ni un euro de su indemnización.
Eso, contando con que el condenado no sea insolvente, en cuyo caso jamás se hará justicia con Clúa. Guillem Godó ha sido condenado en varias ocasiones a penas de prisión por la colocación de artefactos explosivos en sucursales bancarias. Son hechos que los tribunales sentenciadores calificaron como delitos de terrorismo. Pero en el caso de Clúa el Estado no considera el atentado como terrorista y ha rechazado su petición de recibir la indemnización con cargo a la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo. Esta Ley indica que son beneficiarios de ella "las víctimas de actos de terrorismo". El anciano está desolado: "Me duele que la ley me deje en la estacada, que mi país me dé la espalda".


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