jueves, 30 de junio de 2016

29 junio 2016 Onda Cero (opinión)

29 junio 2016





Julia Otero: Enhorabuena, comisario Sánchez Manzano, por ese carpetazo definitivo de la justicia


La intensidad informativa es tanta que no queremos que sepulte una noticia que su protagonista merece que sea conocida. Él y la salud democrática de España. Me refiero al que era jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, cuando ocurrió la masacre del 11 M en Atocha.

12 años después, 12 que habrán sido extraordinariamente largos para el comisario Sánchez Manzano, la Audiencia provincial de Madrid cierra para siempre la ignominia con que han intentado destrozar su vida. Se cierra el proceso judicial que intentó acusarle nada menos que de “ocultar y falsear” pruebas de los atentados del 11M. Sánchez Manzano se convirtió en una de las dianas preferidas de las nefastas teorías conspiranoicas que tuvo que soportar este país durante una década. El, como muchos de los protagonistas policiales y judiciales que estuvieron en primera línea tras el atentado de Atocha, tuvieron que cambiar de destino, desgastados profesional y personalmente por bulos y venenos mediáticos y políticos.
En el día en que el mismo yihadismo que asesinó en Madrid a 192 personas, ha vuelto a producir una nueva masacre en el aeropuerto de Estambul, es de justicia rendir tributo a brillantes policías españoles que no solo se enfrentaron a la barbarie sino también al más mezquino de los manoseos políticos.

Enhorabuena, comisario Sánchez Manzano, por ese carpetazo definitivo de la justicia.


martes, 28 de junio de 2016

28 junio 2016 (2) La Razón (opinión)

28 junio 2016



Marimar Blanco pide unidad contra quienes pretenden «blanquear» a ETA
Patxi López llama a «divulgar la verdad de lo ocurrido» y evitar que se imponga la «memoria manipulada» o el «desinterés»

La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Marimar Blanco, ha reclamado este martes la unidad de los demócratas para luchar contra el terrorismo yihadista y también contra los intentos de "reescribir" la historia de ETA y "blanquear" sus crímenes con un relato "tergiversado" de la realidad.
En su discurso en el Congreso de los Diputados durante el homenaje anual a las víctimas del terrorismo, Blanco ha llamado a sus señorías a implicarse en un "firme compromiso nacional e internacional" en contra de los "planteamientos extremistas" del terrorismo yihadista, que "no descansa", es capaz de "golpear con dureza en cualquier parte del mundo y no conoce fronteras", por lo que supone la "principal amenaza para la convivencia diaria".
"No es el actual un momento para regalar a los terroristas divisiones internas ni reproches partidistas. Es el momento de la unidad de todos los demócratas para hacer frente a la mayor lacra del presente siglo. Dediquemos todas nuestras fuerzas a neutralizar el discurso del odio", ha instado la también diputada electa del PP.

«Otegi no es un hombre de paz»

A renglón seguido, la presidenta de la Fundación ha exigido que se proteja a las víctimas de la "humillación" de presenciar como Arnaldo Otegi,  durante años voz de la banda terrorista ETA, es recibido en instituciones democráticas como "un hombre de paz" y un "preso político".
"Están apoyando a un miembro de ETA, a un terrorista señalado por sentencias del Tribunal Supremo, y al hacerlo están atacando nuevamente a todas y cada una de las víctimas golpeadas por ETA", ha advertido, mostrando su "más profunda pulsa" a quienes en los últimos tiempos han abierto las puertas de instituciones como el Parlamento Europeo al líder abertzale.
Además, ha exigido que sean las víctimas las que elaboren un "relato de verdad" sobre lo acontecido durante el último medio siglo en lugar de permitir a las organizaciones terroristas que construyan "falsas justificaciones" de "crueles asesinatos de inocentes" con el único objetivo de "blanquear" los hechos y "reescribir la historia".
"Por la memoria y la dignidad de las víctimas, amenazadas hoy por el riesgo que supone una versión tergiversada de la historia reciente de nuestro país, jamás vamos a permitir que nadie reescriba el relato. No vamos a cesar en la obligación de preservar la única narración posible de los hechos: la que se basa en la verdad, la memoria, la dignidad y la justicia", ha insistido Blanco.
Por último, Marimar Blanco ha vuelto a pedir a las fuerzas políticas su "apoyo total" a la labor de la Fundación de Víctimas del Terrorismo frente a quienes "son sólo criminales". "Aquí y ahora ya no valen medias tintas", ha zanjado.
Un discurso que ha compartido el presidente del Congreso y exlehendakari vasco, Patxi López, quien ha coincidido en que, frente a un terrorismo "sin fronteras" tampoco han de ponerse límites a la "unidad y determinación" de quienes pretenden defender los valores democráticos y la libertad.
"Para vencer al terrorismo el arma más importante es la unidad política, la unidad ciudadana frente al terror. Pero igualmente imprescindible es la memoria de lo ocurrido, que debe alzarse como un muro que impida la vuelta atrás", ha proclamado el dirigente socialista, que también aboga por "defender y divulgar la verdad de ocurrido" y evitar que sobre la historia caiga un "manto de desinterés" o se imponga una "memoria manipulada" que "indulte" a los asesinos.
Por eso, ha añadido, es "tan importante" la labor de las víctimas del terrorismo, que durante décadas han sido "los defensores, en primera línea, de la democracia y la libertad" de España en su "dura y larga" lucha contra el terrorismo etarra, sufriendo durante "demasiado tiempo" una "soledad impuesta" y un "abandono" por parte de la sociedad.
"Por eso hoy quiero agradeceros vuestra fuerza moral, vuestra tenacidad frente al olvido. Os debemos mucho, os debemos todo. Y juntos tenemos la obligación de construir un país que no olvide y que hunda sus raíces en el Estado de Derecho, en la Democracia y en la libertad. Valores que los terroristas quisieron y quieren enterrar", ha zanjado el presidente del Congreso, que ha concluido el acto invitando a los asistentes a guardar un minuto de silencio que ha sido roto por un largo aplauso.
Además de los miembros de las mesas del Congreso y el Senado, al homenaje han asistido la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría; y los ministros en funciones Rafael Catalá (Justicia), Jorge Fernández Díaz (Interior), Fátima Báñez (Empleo) y Alfonso Alonso (Sanidad).
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes; la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; el director general de la Policía, Ignacio Cosidó; y la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, también han asistido al acto.
Igualmente, han estado presentes diputados electos de diferentes formaciones, tales como los portavoces parlamentarios del PSOE, Antonio Hernando, Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, y UPN, Carlos Salvador; el diputado electo de Podemos y guardia civil Juan Antonio Delgado; el del PNV Pedro Azpiazu, el de CDC Jordi Xuclá o el expresidente del Congreso Jesús Posada.
Miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y víctimas del terrorismo han ocupado también asientos de la Sala Ernest Lluch del Congreso --dedicada al ministro socialista de Sanidad asesinado por la banda en el año 2000--, donde se ha celebrado el acto, al que sin embargo no ha asistido, como en ocasiones anteriores, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite).

Opinión:

Solo espero que la señorita Blanco tenga a bien dimitir como presidenta de la Fundación de Víctimas cuando sea investida como diputada del Partido Popular de Madrid tras las elecciones del pasado domingo.
Y recordarle a la señorita Blanco que mientras habla de “unidad de los demócratas para luchar contra el terrorismo yihadista”… el pasado jueves y esta misma mañana he tenido que ir a la Delegación de Gobierno a tramitar documentación de las víctimas del atentado en Túnez de hace 15 meses. Creo que no ha tenido ni el detalle de interesarse por su situación….
Del encuentro entre tres representantes del Gobierno del Partido Popular con Otegi en un pueblecito de Burgos en diciembre de 1998 durante la “tregua” de la banda terrorista ETA, mejor no hablamos ¿verdad señorita Blanco?

Considero que la realidad es tozuda y por eso, quien intente blanquear la historia de ETA lo tiene muy complicado. Pero para evitar eso también estamos muchas víctimas que no creemos necesario utilizar el dolor de los atentados terroristas para hacer política.

28 junio 2016 Servimedia (opinión)

28 junio 2016



26-J Víctimas del terrorismo catalanas rechazan que el PP “tenga que recurrir al PNV” para conseguir la investidura de Rajoy

El presidente de la Associació Catalana de Víctimes d'Organitzacions Terroristes (Acvot), José Vargas, se mostró hoy contrario a una posible negociación del PP con el PNV para conseguir apoyos de cara a la investidura del candidato popular a la Presidencia, Mariano Rajoy, tras las elecciones del 26 de junio, por “el discurso ambiguo” del partido vasco.
En declaraciones a Servimedia, Vargas afirmó que el PNV “tiene el discurso que tiene, más bien favorable a los asesinos que a las víctimas”, por lo que mostrarían su descontento con esa decisión, aunque cree que no pueden “hacer gran cosa porque el PP hará "lo que quiera y lo que le dé la gana”. 
“Como víctima y representante de víctimas no me gustaría que el PP tuviera que recurrir al PNV. Más aún cuando el PNV tiene un discurso muy ambiguo respecto al final de ETA y las víctimas del terrorismo”, destacó. 
Vargas también explicó que no quieren “entrar en el juego de equiparar su postura con la de los abertzales”. El terrorismo ha pasado a un segundo plano pero las víctimas seguimos pidiendo lo mismo que cuando ETA mataba. El discurso de los radicales, los abertzales, del brazo político de ETA y de los que les jalean es un discurso que están equiparando al nuestro y ahí no queremos entrar”, continuó.
También advirtió que se opondrán a cualquier concesión por parte de un Gobierno en relación a los presos etarras. “El control de las cárceles corresponde al Estado, y debe ser, a través de la Audiencia Nacional y las instituciones penitenciarias, quien controle a estos presos. Bajo ningún concepto queremos que el Gobierno, para conseguir el apoyo del PNV acepte este debate en la discusión”.

Opinión:

Agradezco que el titular de la noticia diga “víctimas catalanas” y no “LAS” víctimas catalanas. Es evidente que no todas pensamos como el señor presidente de la ACVOT, entre otras razones porque no hemos sido consultadas al respecto.
Además, vuelvo a recordar que hay muchas víctimas del terrorismo que sufrieron su atentado en Catalunya por las que el Ministerio de Interior no muestra el más mínimo interés en ni siquiera localizarlas… así que también tengo mis serias dudas que hayan sido consultadas sobre la cuestión.

Y no recuerdo que nadie opinara en contra cuando años atrás el PNV pidió al Gobierno del PP 130.000 millones más para la hacienda vasca, cantidad que le fue concedida, supongo que a través de ¿algún pacto?

domingo, 26 de junio de 2016

26 junio 2016 El Periódico de Catalunya (artículo)

26 junio 2016




El personaje de la semana
Pilar Manjón, la lucidez del dolor

La mujer que, enlutada tras el asesinato de su hijo Daniel el 11-M, zarandeó a la comisión de investigación de la masacre yihadista, deja el liderazgo de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo tras 12 años atajando insultos y protegiendo a víctimas


"Roberto soy Charo. En la radio dicen que ha habido un atentado muy grande en Madrid". Eran las 8.05 de la mañana del jueves 11 de marzo del 2004 y aquella llamada daba inicio a un trabajo que, a día de hoy, todavía continúa. Tras una hora escuchando las noticias, llamé a la Asociación Víctimas del Terrorismo(AVT) para poner a su disposición el equipo de psicólogas que teníamos entonces en la asociación catalana, la ACVOT, de la que era presidente. La respuesta del responsable de la AVT fue surrealista: "Ya estoy yo aquí para arreglarlo todo. No hace falta que llames para nada más".
Cuatro días después recibíamos las primeras llamadas de víctimas del 11-M pidiendo ayuda, y durante meses viajé en autocar a Madrid el domingo de madrugada para estar todo el lunes prestando la experiencia en todo lo que fuera necesario, especialmente en la asociación de vecinos de La Colmena del barrio de Santa Eugenia, donde se centralizó gran parte de la asistencia.
Mientras tanto, otras víctimas solidarias y sensibles con el dolor colaboraban por su propia cuenta en la asistencia a afectados por los cuatro atentados de aquel maldito jueves. Llegó octubre y una víctima de un atentado yihadista ocurrido en 1985 me citó en una pequeña cafetería para "presentarme a una señora que perdió a su hijo en el 11-M". Cuando entré vi en una mesa a alguien vestido de negro escribiendo en una servilleta.

La importancia de agrupar

"Hola, me llamo Pilar y soy la madre de Daniel". Estuvimos los tres hablando más de cuatro horas sobre la legislación aplicable, los sentimientos, el descontrol existente entre los propios afectados, el repugnante uso político y administrativo que algunos hacían del dolor ajeno, lo que llevaba a que muchas víctimas no fueran asistidas por nadie bajo el triste argumento de que no se conocía quién había cometido la masacre.
Comentamos algunas de las informaciones publicadas y la importancia de que las víctimas estuvieran agrupadas. Dicho y hecho. En pocas semanas se organizó la asociación, la junta directiva y los estatutos, canalizando las necesidades de cientos de víctimas ninguneadas por la Administración y sus entidades satélites.
Ya conocemos lo que ocurrió después. La tremenda lección de dignidad y educación presentada en su comparecencia ante la comisión que investigaba lo sucedido fue un momento cumbre para hacer llegar la realidad social que vivían cientos de víctimas. Ver el comportamiento mezquino de ciertos políticos abrió los ojos a muchos ciudadanos. Años después, el juicio en el que compartí muchas horas con miembros de la Asociación 11-M Afectados por Terrorismo mientras no aparecían otras asociaciones que, supuestamente, representaban a las víctimas.

Los altavoces de Ifema

Hubo desencuentros con personajes que solo juntaban letras en libros para su club de peones mientras insultaban a Pilar y a las víctimas a las que su asociación atendía y representaba. Me impactó coincidir en una calle de Madrid con un alto cargo político que, señalando a Pilar, le decía a su acompañante: "Por culpa de esa puta perdimos las elecciones".
Ese impresentable no había entendido nada. Aquel 14 de marzo electoral Pilar, como tantos padres y madres, estaban esperando en Ifema a que les llamaran por los altavoces para conocer si sus familiares estaban muertos o heridos. Aquel enorme ignorante no recordaba que Pilar apareció por primera vez en los medios en diciembre, nueve meses después de la pérdida de las elecciones.

“no es momento de fiestas”

Pilar Manjón ha sido una persona que aceptó ayudar porque otras víctimas le pedimos que lo hiciera. Y certifico que fue muy difícil convencerla. Puedo afirmar que ha recibido infinidad de ataques e insultos desde las redes sociales y también amenazas personales. Ha levantado comentarios a favor y en contra, incluso desde el mundillo de 'las' víctimas del terrorismo, y ha defendido a víctimas con las que compartía objetivos y propuestas haciendo callar a un inepto que intentaba interrumpirme mientas presentaba mi ponencia en una comisión. Tras los atentados de París, y mientras otras víctimas se iban a un tablao flamenco a divertirse, ella se quedó trabajando porque no era "momento de fiestas ni de bailes".
Como todo el mundo, en alguna ocasión habrá cometido algunos errores, pero es lo que tiene trabajar bajo presión, sobre todo si la presión es partidista y mediática. Pero es indiscutible que representando a 150 asesinados y a 1.700 heridos, la labor social realizada desde la asociación que ha presidido ha sido inmensa y necesaria. Solo exigía justicia y respeto a partes iguales.

Opinión:


Todo un placer responder a la invitación de El Periódico para escribir el presente artículo. Resumir 12 años de trabajo es complicado y mas sabiendo el que todavía queda por hacer.

jueves, 23 de junio de 2016

23 junio 2016 Asdent y Hospital Vall d'Hebrón

23 junio 2016



Alianza Asdent-VHIR para la lucha contra el Dent


Ayer nos reunimos con Gema Ariceta, Anna Meseguer y con todo el equipo de Vall d’Hebrón Research Institute (VHIR) encargados de investigar la enfermedad de Nacho, el Dent.
El encuentro fue para hacerles llegar los más de 127.000 euros con los que financiaremos sus investigaciones.
Para el equipo de VHIR es todo un reto y una gran responsabilidad liderar científicamente un proyecto tan apasionante y necesario como éste.
Ambas partes estamos muy contentos y esperanzados con esta aportación.
¡Largo camino todavía por recorrer, pero con más energía positiva que nunca para seguir luchando por Nacho y todos los enfermos de Dent! #todopornacho

Opinión:

Los que me conocen saben que colaboro todo lo que puedo con quien lo merece. Y David y Eva, con Nacho al frente, se lo ganaron con creces en 2003.

Aún sin saberlo ni ellos ni nosotros…

miércoles, 22 de junio de 2016

21 junio 2016 (2) Cadena SER (entrevista) (enlace)

21 junio 2016



Guía de salud

“Todavía recuerdo al primer quemado que salvamos después de 16 operaciones”
El cirujano José Antonio Bañuelos, el que era el jefe del servicio de quemados de la residencia del hospital Vall d’Hebron, atendió a decenas de víctimas quemadas tras el atentado de Hipercor

Ya se han cumplido 29 años del atentado de ETA en Hipercor, cuando un 19 de junio estalló un coche bomba en el parking del centro comercial de Barcelona donde murieron 21 personas y hubo decenas de heridos, la mayoría con graves quemaduras. El entonces jefe del servicio de quemados de la residencia del hospital Vall d’Hebron, el cirujano José Antonio Bañuelos, no ha olvidado aquel fatídico día, y los que vinieron después, donde tuvieron que trabajar y operar durante horas sin parar hasta verse en la necesidad de reclamar donaciones de piel para salvar a los quemados. “Todavía recuerdo al primer quemado que salvamos después de 16 operaciones”, ha recordado esta mañana en Hoy por Hoy con Gemma Nierga.

Quien tampoco le ha olvidado a él es Roberto Manrique, que tenía 24 años el día que explotó la bomba justo encima de la carnicería donde él trabajaba. Roberto tuvo que someterse a tres operaciones, pero para él lo más doloroso eran las curas de sus graves quemaduras en manos, brazos y cara. “Yo no le veía, pero recuerdo perfectamente su voz”, ha asegurado todavía muy agradecido por haberse cruzado en su camino y haberse puesto en sus manos.

Opinión:

Enlace de la entrevista



Agradecer la excelente entrevista de Gemma Nierga al Doctor José Antonio Bañuelos y la oportunidad de permitirme hacer público, una vez más, mi agradecimiento al trabajo de tantos y tantos profesionales que durante meses estuvieron cuidando de nosotros, de aquellos que realmente sufrimos las consecuencias del atentado en Hipercor.
Y si molesta a los que hablan del dolor de los demás como si fuera el suyo, que se lo hagan mirar.
Tiempo al tiempo.


21 junio 2016 publico.es

21 junio 2016



La mujer de negro

La mujer de negro se va o mejor dicho se aparta. Aun trémula, la suya fue la voz más verdadera que surgió del 11-M, de sus hierros retorcidos, de sus muertos y heridos, de su horror infinito. A esta mujer de negro, que no de luto, el PP le quiso quitar la palabra porque no era una víctima como Dios manda, porque no se limitó a llorar por Daniel, su hijo, el primero de su barrio en colgar una pancarta con el “No a la guerra”, porque las víctimas no pueden tener ideología, ni ser sindicalistas ni de izquierdas y menos aún pueden decir esto: “A mi hijo no le ha matado una raza ni una religión. A mi hijo le ha matado el odio asesino que han sido capaces de inculcar en corazones mesiánicos Aznar, el trío de las Azores… ese odio ha matado a mi hijo y a 190 trabajadores que son nuestra clase, no lo olvidéis, los nuestros”.
Contra Pilar Manjón se desató la persecución más miserable, una campaña de descrédito que ha continuado hasta hoy mismo. Decían que estaba politizada porque en poco más de una hora, ante unos diputados que jamás habían escuchado un caudal de dignidad semejante, desmontó la farsa del 11-M que algunos se empeñaban en representar y exigió disculpas y responsabilidades a los que, de brazos cruzados, permitieron que unos asesinos sembraran de bombas los trenes de Atocha, de Santa Eugenia y del Pozo del Tío Raimundo.
Lo que hizo esta politizada mujer fue buscar su hijo, primero entre los vivos y luego entre muertos, del hospital Gregorio Marañón de Madrid, al Doce de Octubre, y a continuación en la Estación del Pozo, y más tarde en la Paz y en el Niño Jesús y después otra vez en el Marañón. Y tras pasar una noche entera en esa gran morgue que fue el pabellón del Ifema cotejaron su ADN con uno de los cuerpos, el de Daniel, al que pudo recoger cinco días después para velarlo e incinerarlo al día siguiente.
Fue después cuando alumbró la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo en busca de justicia y reparación, las que durante años les negó la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre, excluyéndoles de todo tipo de subvenciones. Politizada como su fundadora, la Asociación se limitó siempre a hacer tres preguntas a quienes llamaban a su puerta: en qué tren ibas, cómo estás y qué necesitas.
Pilar resistió los insultos y las humillaciones. Los primeros, instigados por esos medios que, en sus propias palabras, “vendieron su conciencia para aumentar audiencias” y que durante años se forraron con sus malditos agujeros negros hasta hacer, en algunos casos, de la teoría de la conspiración su remunerado modo de vida. Hubo de pasar una década para que la Audiencia Nacional investigara como humillación a las víctimas del terrorismo que unos malnacidos la llamaran “golfa”, “puta prototerrorista” o que dijeran que “le tocó la lotería cuando mataron a su hijo”. Por cierto, aquella causa, de la que nunca más se supo, fue instruida por el juez Ismael Moreno, el mismo que mandó a la cárcel a unos titiriteros por mostrar en una representación la pancarta del “Gora Alka ETA”.
Humillante ha sido el abandono del monumento levantado en la estación de Atocha, que se ha caído cuatro veces, o que en su interior alguna víctima se topara con una fregona en el lugar donde estaban escritos los nombres de quienes allí perdieron la vida. Humillante fue que se tratara de escamotear la placa de recuerdo que había sido colocada en Parla o que se rompieran las vidrieras de otro monumento, el de la Estación del Pozo. Y más humillante aún ha sido la consideración de víctimas de segunda que han tenido que soportar en este tiempo.
Manjón deja la presidencia de la Asociación pero nadie debería olvidar su voz. La misma voz con la que consoló al joven saharaui musulmán al que apadrinaba cuando éste le llamó al enterarse de los atentados y al que tuvo que quitarle de la cabeza la idea de abandonar su religión con el argumento de que los asesinos no se distinguen por su credo. La misma voz que nos hizo llorar el 15 de diciembre de 2004 en el Congreso mientras Eduardo Zaplana sin levantar la vista leía distraídamente unos folios.



lunes, 20 de junio de 2016

20 junio 2016 (18.06.16) Cambio Presidencia Asociación "11M Afectados por terrorismo"

20 junio 2016 (18.06.16)



Cambio Presidencia Asociación "11M Afectados por terrorismo"

Aunque desde el sábado me informaron hyabía que estar calladito hasta que fuera oficial: Pilar Manjón ha cesado en su actividad como Presidenta de la Asociación “11-M Afectados por terrorismo”. Desde que la conocí en octubre de 2004 he colaborado con ella en todo lo que he considerado necesario y hemos coincidido en infinidad de propuestas y planteamientos. Más de diez años de presidencia en los que Pilar ha tenido que sufrir los infames ataques de sectores de la prensa, de la política e incluso de víctimas del terrorismo que anteponían sus intereses mediáticos o personales evitando u obviando reconocer el mérito del trabajo realizado.
He sido testigo de muchas de las actividades de la asociación en las que me he sentido como en mi casa. También he sido testigo de muchos insultos en mitad de la calle dirigidos contra Pilar y, en muchas ocasiones, contra el resto de víctimas a las que representaba.
Momentos muy tensos que me mostraron lo acertado de mi propuesta hace doce años al “dejarle caer” a Pilar que podía ser la presidenta de la entidad. El trabajo que ha hecho junto a toda la excelente e imprescindible gente de su Junta ha sido inmejorable… organizar a cientos de víctimas en tan poco tiempo fue una tarea solo reservada a personas con una interminable vocación de servicio.
Contra todas las presiones recibidas, una labor inmejorable. Enfrentándose al desprecio de representantes de otras asociaciones que, evidentemente, nunca podrán ponerse en su lugar porque ni han perdido un hijo o ni tan siquiera estaban en el atentado del que dicen ser víctima.
Ahora solo queda seguir colaborando con Eulogio Paz, el nuevo presidente de la Asociación “11-M Afectados por terrorismo”. En todo lo que necesiten y para todo lo que deseen.

Gracias Pilar.
Ánimos Eulogio.

Vamos Junta, a seguir el camino iniciado.

domingo, 19 de junio de 2016

19 junio 2016 (3) El País (opinión)

19 junio 2016



La batalla por la memoria
El relato de 40 años de violencia terrorista está en construcción. La desmemoria de las nuevas generaciones y el intento de blanquear el pasado por parte de la izquierda abertzale preocupa a las víctimas


En el campus de San Sebastián de la Universidad de Deusto, Laura, Ane, Nerea y Silvia charlan después de una prueba. Están en primero de carrera. ETA les suena tan remoto que algunas dudan de si es una banda terrorista —“porque ya no actúa”, dice una—. Saben “por los telediarios y las clases de historia” que fue una época “dura, mala”, comentan. “Lo veo lejano porque en mi familia no hay nadie a favor de ETA ni víctimas”, explica otra. Lamentan que cuando salen de Euskadi se les asocie, dicen, con la violencia solo por ser vascas. Nacieron el año en que asesinaron a Miguel Ángel Blanco, en 1997. Ninguna sabe quién era. “Me suena de historia pero no sé qué hacía”. “¿No es el que iba a misa en Madrid y le pusieron una bomba?”. “No, ese es Carrero Blanco”, contesta otra. Cuando averiguan que era un concejal del PP a quien ETA secuestró para chantajear al Estado y que tras su asesinato brotó una enorme oleada de rechazo del terrorismo, a dos les suena
Han pasado casi cinco años desde que tres encapuchados anunciaron el “cese definitivo de la actividad armada” de ETA. Para la generación que acaba de llegar a la Universidad, las bombas, la extorsión, el secuestro y el disparo en la nuca flotan en un pasado nebuloso y distante. Saben que ocurrió, pero a pocos les han hablado de ello en casa y tienen lagunas. Están educados en el respeto a los derechos humanos, pero no está tan claro qué evaluación ética hacen de lo que ha pasado. “Era un tema silenciado por el que era mejor no preguntar. Los padres y los profesores podían tener visiones diferentes, y eso generaba tensión”, explica Iker Usón, uno de los profesores que ha participado en una experiencia piloto para abordar el tema en la Universidad, que se hizo con 280 alumnos de entre 18 y 23 años y que se divulgó en abril.  “Mi duda, y eso es lo que hay que investigar, es cómo ponderan lo sucedido. Ver si es algo epidérmico, si decir que estuvo mal es solo lo políticamente correcto”.
El temor a una generación amnésica asoma en un momento en el que el relato más o menos compartido de qué ocurrió y cómo fue el terrorismo en el País Vasco está en construcción. La salida de prisión del líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, —encarcelado por intentar reconstruir la ilegalizada Batasuna a las órdenes de ETA—, presentándose como un hombre de paz que mira al futuro, ha reactivado una batalla por la memoria en la que se dirime qué historia se contará a estos chicos, o a otros más jóvenes, cuando pregunten por ello.
Marta Buesa ha respondido muchas veces. Respondió a su hijo cuando un día, a los cuatro años, le dijo: “¿Y al abuelo Fernando qué le pasó?”. Le contó la verdad. Que Fernando Buesa, un destacado dirigente socialista que había sido vicelehendakari, fue asesinado a los 53 años con un coche bomba al lado de su casa en Vitoria en 2000. Su escolta, el ertzaina de 26 años Jorge Díez, también murió en el atentado. Responde, también, a los adolescentes que la escuchan contar su experiencia en los institutos dentro del programa Adi-Adian, en el que también participan otras víctimas del terrorismo (ETA, GAL) y de violencia policial. “Les impacta cuando les digo que yo no sentí odio. Preguntan mucho dónde están los asesinos, si sé quién son, qué pasaría si me encontrara con ellos...”, cuenta en una terraza de un parque en Vitoria.
Esa labor de hacer memoria, de explicar a los alumnos cómo lo ha superado y qué ha aprendido es muy exigente. “Desvelas parte de tu intimidad, te expones. Se trata de transmitir un mensaje de deslegitimación de la violencia”. Lo que cuenta esta abogada de 44 años contrasta con el relato de la izquierda abertzale. “Hay una intención directa de diluir la responsabilidad del terrorismo de ETA. Pero ahí está el trabajo de los demás para no consentirlo. Con los mensajes de ‘aquí todos hemos sufrido’ se pretende englobar a todas las víctimas en una mezcla confusa donde no hay una atribución de responsabilidad concreta. Otegi pidió disculpas por si había añadido sufrimiento a las víctimas de ETA con algo que el hubiera dicho o hecho. Esa es una frase vacía, un perdón genérico que no tiene ningún valor. Es un fraude”, afirma con su voz bajita y firme. Buesa cree que lo que no se afronta, acaba volviendo al presente. Por eso le parece que va a ser un proceso necesariamente largo. “Las víctimas somos incómodas porque somos la cara visible de algo que no queremos mirar. Esa ignorancia premeditada todavía está”.
Cerca del campus de Deusto en San Sebastián, al otro lado del río Urumea, trabaja Pili Zabala. Es odontóloga, tiene 48 años y da clase en un instituto. Es hermana del presunto etarra José Ignacio Zabala. El GAL lo secuestró, torturó y asesinó junto a José Antonio Lasa en 1983, y cubrió de cal viva sus cadáveres para que no se les identificara. “Temo que se quiera ocultar lo que tanto tiempo se ha ocultado”, dice enérgica en un aula vacía. “Los intentos de investigación de otras violaciones de derechos humanos siempre se han encontrado con muchísimos impedimentos”, afirma. “En la batalla por la memoria, ¿se va a hablar de terrorismo de Estado? Reconocer esto sería muy inteligente, demuestra una humanidad muy sabia, pero no interesa”, dice. “Unas vulneraciones de derechos humanos no restan otras: suman. Cada una requiere su análisis específico”, argumenta, y deja clara su independencia: “Jamás he justificado un asesinato. Cuando oía en una manifestación gora ETA [viva ETA] se me revolvían las tripas. No soy de la izquierda abertzale ni estoy afiliada a ningún partido. He visto mucha manipulación y no me gusta. Quiero ser libre para contar lo que he vivido”.
Buesa conoció a Zabala en las charlas con adolescentes, y junto a otras 13 víctimas más, participaron el año pasado en una iniciativa de la que surgió un grupo que busca romper la indiferencia de parte de la sociedad vasca. Se llama Eraikiz (construyendo, en euskera), y lo integran víctimas de ETA, del GAL, de violencia policial. No quieren que se les utilice con fines políticos y quieren que todos los políticos digan con claridad “que el recurso a la violencia está mal hoy y también estuvo mal ayer”. Parece simple, pero aún no ha ocurrido.
A pocos metros del lugar donde asesinaron a Buesa, en la Universidad del País Vasco (UPV), daba clase de Historia Contemporánea Txema Portillo. Se tuvo que marchar de Euskadi en 2000 por la persecución que sufría. En esa época ETA mataba a periodistas, profesores, concejales, a los que pensaban diferente y lo decían. Socialización del sufrimiento lo llamaron. Portillo, de 54 años, fue uno de los fundadores del foro de Ermua y luego del movimiento cívico Basta Ya. La kale borroka atentó dos veces contra su coche dentro del campus: un día se lo quemaron y otro le colocaron un explosivo. Estuvo en EE UU, en Colombia, en México. En 2013 volvió “a un país distinto”, cuenta mientras empuja su bici por el centro de Vitoria. “Puedo ir donde quiera, tengo libertad. Lo que más me impresiona es que esta facultad es ya como cualquier otra. Y eso es bueno, es como tiene que ser”, dice.
Son los últimos días de exámenes antes del verano. Es mediodía y el centro de Vitoria es verde, silencioso, peatonal. La gente va en bici por su carril. Preguntar por décadas de terrorismo o por ETA aquí parece fuera de lugar, como acabarse una bebida y tirar la lata al suelo. “No es algo a lo que le dé muchas vueltas. En teoría ya ha parado”, dice M., una chica de 17 años tras recoger las notas. “Nunca me ha interesado mucho y los adultos tampoco te saben contar. Mi madre nunca da opiniones políticas”. Su amiga Leire, de 18, apunta: “Hemos escuchando cosas de ellos, pero no nos hemos informado mucho”. Las dos dicen que rechazan la violencia. “Depende de qué profesor sí que te cuenta”, explica M. “Yo sé que todo empezó contra el franquismo”. Leire desarrolla la idea: “Hay muchos que acataron [la dictadura] hasta que unos se rebelaron [ETA]”.
Portillo da clase de la historia reciente del País Vasco. Le preocupa la desmemoria: “No digo que haya que dar la tabarra todo el día con esto a los chavales, pero es importante que tengan conciencia de que su país vivió así, no en el Pleistoceno ni en la Guerra Civil, sino al borde de su nacimiento”. También, la distorsión de los hechos: “ETA no ha conseguido ninguno de sus objetivos, pero puede servirles de mucho que su discurso gane en esta fase”. “De hecho”, ironiza, “según ellos técnicamente no hubo ni terrorismo: esto ha sido una larga guerra, un conflicto”.
El historiador José Antonio Pérez, investigador del Instituto de Historia Social Valentín de Foronda, asociado a la UPV, explica que cuando la izquierda abertzale “es consciente de que ETA está derrotada, comienza un viraje discursivo para tratar de crear un relato que justifique la violencia”, dice. “La idea es que esto ha sido un conflicto político que se recrudece en la Guerra Civil hasta que en los sesenta llega una nueva generación de gudaris. Se pretende decir que ETA era inevitable y fruto de la represión franquista. Luego, que la violencia se retroalimenta por la represión, las torturas, los grupos ultraderechistas... En esa línea de blanqueamiento del pasado, se omite que matar fue voluntario, el apoyo social que tuvo ETA y la historia de cada violencia”.
ETA cometió el 95% de sus asesinatos tras la muerte de Franco. Entre el primero y el último pasaron cuatro décadas. El 92% de todas las muertes por atentado, 914, las causó esa banda y grupos afines (845), y el resto grupos terroristas parapoliciales y de extrema derecha, sobre todo el GAL y el Batallón Vasco Español. Un grupo de historiadores, entre los que figura Pérez, colocó esos datos en el llamado Informe Foronda, publicado el año pasado a petición del Gobierno vasco.
Las cifras caen a plomo en un debate lleno de subjetividad, de dolor, de partidismo. Jonan Fernández, de 53 años, es muy consciente de lo delicado del material que trata de modelar. Dirige la Secretaría de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, del PNV, encargada de diseñar la política pública de memoria, entre otros cometidos. En su despacho de la sede de Lehendakaritza, de la que depende, despliega sus “modernas” nociones sobre el asunto: “La responsabilidad de la administración es integrar todas las memorias y ponerlas en diálogo para resignificarlas en el contexto actual. Por ejemplo, en el homenaje a las víctimas del franquismo era inevitable recordar, cuando hablábamos de quienes tuvieron que marcharse por la represión, lo que pasa hoy con los refugiados”, afirma.
Fernández viene de Elkari –luego Lokarri-,  un movimiento próximo al independentismo que abogaba por una “solución dialogada” al “conflicto vasco” y la idea de “proceso de paz” pese a que ETA seguía matando. Esa organización, ahora extinta, se desmarcó de la violencia de ETA y preparó el camino para crear un grupo internacional de mediadores que relacionaban Euskadi con Irlanda del Norte o Suráfrica. Antes, entre 1987 y 1991, Fernández fue concejal de Herri Batasuna en Tolosa. Ahora gestiona ese relato central sobre el pasado en las instituciones.
Su oficina ha impulsado varios estudios que llama “de clarificación del pasado”. Un ejemplo es el trabajo sobre torturas que encargó dirigir al profesor de Medicina Forense de la UPV Francisco Etxeberria, del que se conocerá un avance este mes. Han recopilado unas 5.000 denuncias documentadas de torturas y maltrato policial entre 1960 y 2013. En ese censo “hay muchas situaciones que no se han podido acreditar judicialmente”, afirma Etxeberria. De ellas, 200 se someterán a un protocolo psicológico de la ONU para evaluar su veracidad. Los sindicatos mayoritarios de la Policía y de la Guardia Civil criticaron ya el año pasado que se incluyan miles de casos sin valorar su veracidad.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos acaba de condenar a España por octava vez por no investigar suficientemente una denuncia de torturas. Alrededor de zonas oscuras como esta gravitan parte de las interpretaciones que interesan a cada relato sobre lo ocurrido. Etxeberria está seguro, dice, de que habrá un uso político del informe, “tanto por parte de los que consideran pertinente la investigación como de los que no”. Otegi se refirió al trabajo el 27 de mayo: “… un informe en el que se habla de miles de torturados en el país, aquí hubo guerra sucia, aquí han matado las Fuerzas de Seguridad del Estado y aquí han matado los servicios de inteligencia”, dijo en San Sebastián.
A finales de 2015, echó a andar el Instituto de la Memoria, Gogora, del Gobierno vasco. Su trabajo más visible es la Plaza de la memoria, una exposición itinerante que recoge testimonios de víctimas. Unos cilindros con pantallas muestran vídeos de víctimas hablando. A la entrada, los de ETA. Más allá, los del GAL. Los de la represión franquista, los abusos policiales. En el suelo hay etiquetas que clasifican a los que causaron el daño. “La conclusión es que todos hemos sufrido mucho”, analiza el historiador Pérez. “No existe un relato histórico para que se comprenda qué ocurrió. El testimonio es tan contundente que lo borra todo. El no relato también es un relato, y es muy sutil”.
La ampliación, en 2013, del programa Adi-Adian para que, además de las víctimas del terrorismo, a los alumnos de Secundaria les den charlas las de violencia policial generó críticas sobre si eso puede suponer una amalgama que equipare a las víctimas. Fernández asegura que se opone “a ese juego macabro”. “Tratamos de hablar de una sola cosa a la vez, algo que tiene que ser compatible con no minimizar u ocultar ninguna vulneración de derechos humanos”, afirma. Fernández cree que ese no es un problema real, y sí lo es recordar “el abandono que tuvieron las víctimas de ETA de los setenta y ochenta”. “Visto desde hoy”, dice, “es incomprensible, pero ocurrió. Eso requiere autocrítica por parte de todos”, afirma.
Iñaki Arteta lleva años hablando de esas víctimas y del terrorismo de ETA en varias películas. La última es 1980, el año en el que la banda asesinó a una persona cada tres días.“Al echar la vista atrás, es mejor no pensar que decirse: ‘Bueno, ¿y yo qué hice? ¿Cómo es posible que no hiciera nada?’ Que ETA no mate es un alivio para los perseguidos, pero sobre todo para la gente que ha tenido esas dudas”, plantea el director de cine. Está trabajando en una película sobre los 300 atentados de ETA que hay sin resolver porque no se sabe quién fue el autor material. Se titula Contra la impunidad. Arteta cree que hay una especie de desapego respecto al pasado. “Es deliberado, como un mecanismo de defensa que te permite no tener que valorar lo que has hecho ante un tema tan grave”, dice en Madrid, adonde ha acudido a grabar.
Olaya y Maite tienen 18 años. Estudian en el campus de la UPV en Leioa, al lado de Bilbao. Misma pregunta abierta sobre el terrorismo, sobre las décadas de violencia. “Yo no he vivido esto”, dice la primera, “pero creo que en España no se entiende que pedir que los presos de ETA vuelvan al País Vasco no significa que se apoye a ETA”. Ambas coinciden en que es un tema del que se prefiere no hablar. Maite añade: “Pero no es por miedo. Es un tema pasado, al final cansa, y se piensa que por ser vasco se es etarra”.
Una patinadora con mallas de licra adelanta a varias bicis en el muelle de Getxo, el lugar en el que, durante décadas, han vivido poderosas familias de banqueros e industriales. Resulta difícil imaginar que volaran la cafetería de ese hotel con una bomba. Que en esta ciudad de 80.000 personas hayan habido 19 asesinatos de ETA.  Que sobre una pared de dos kilómetros de larga, Joseba Markaida, antiguo concejal socialista, encontrara dianas rojas con su nombre dentro. Que, como va contando el historiador José Antonio Pérez, en Euskadi haya habido “un plan de exterminio del oponente político llevado a cabo por ETA y justificado por el entorno abertzale”. “Por un lado, me alegro de que los jóvenes vivan ya sin la presencia constante de esa violencia, pero es un peligro que no tengan conciencia de que se intentó imponer por las armas un proyecto nacionalista totalitario”. Se mire a la playa o a las mansiones sobre el acantilado, es difícil de imaginar. “Ahora parece que fue en otro país, en otro lugar. Mi temor es que, en poco tiempo, esto solo importe a las víctimas del terrorismo y a los historiadores”, dice.
El exconcejal Markaida sufre estrés postraumático después de llevar escolta de 2001 a 2011, después del hostigamiento de la kale borroka contra toda la familia y de figurar en listas de amenazados. “Lo que no quede en la memoria y en la historia es como si no hubiese existido”, dice. “Ahora, nadie quiere saber nada ni acordarse del pasado. Y en parte es lógico; incluso yo a veces también quiero eso, pero veo que si no aprendemos la lección, ¿para qué ha servido esto?”.
 Opinión:

Para no entrar en la complejidad ideológica que se extrae del reportaje, solo me dedicaré a hablar del titular. En su primera parte dice: “la
 desmemoria de las nuevas generaciones” . Es cierto que las nuevas generaciones pueden no recordar mucho del sufrimiento que se ha padecido a causa del terrorismo de ETA (del de GRAPO, Terra Llilure, extrema derecha y otra 20 mas ya ni hablamos). Pero esa desmemoria se torna en conocimiento cuando muchos de ellos deben hacer, por motu propio o por consejo del profesor de turno, algún trabajo de investigación sobre el tema. El pasado año 2015 tuve que colaborar en más de 50 diferentes trabajos, desde el alumno que venía solo hasta grupos de máximo ocho estudiantes. La desmemoria se realiza cuando no se invita a nadie a recordar pero también cuando se intenta manipular el relato con propósito ideológico, es decir, manipularlo en beneficio de unas u otras siglas. Y eso, aunque duela, lo hacen algunas siglas con representación parlamentaria.

En cuanto al “intento de blanquear el pasado por parte de la izquierda abertzale”  a mi no me preocupa lo más mínimo, por diversas razones. Para empezar, porque no permito a nadie que manipule MI relato, porque está basado en hechos reales, porque no me invento ni heridas ni secuelas ni miento para explicar milongas, porque no me apropio de heridas que no sean las MIAS, porque no milito en partido político alguno con lo que nadie podrá decir que impongo mi criterio al de otros, porque tengo la experiencia de 28 años tratando personalmente con cientos de víctimas y conozco sus realidades….

Por eso que la izquierda abertzale venda lo que le venga en gana, no entraré jamás en el enfrentamiento político ni mucho menos partidista. No insultaré jamás a ningún político (aunque ganas y pruebas me sobran para hacerlo). Pero tampoco permitiré que nadie hable en MI nombre con MI relato inventándose heridas que no son las suyas sino las MIAS.

Quien hace eso solamente merece desprecio.

Y por último, para reflexionar: ya tiene narices que salgan tantos especialistas a hablar AHORA, cuando la banda terrorista ETA está vencida y ya no mata ni secuestra ni le destroza la vida a nadie. Muchos de estos especialistas ¿dónde estaban hace poco más de cinco años?


19 junio 2016 El Periódico de Catalunya (opinión)

19 junio 2016



José Antonio Bañuelos: "Operé quemados de Hipercor día y noche"
Este adorable cirujano salvó la vida de 30 heridos que llegaron a Vall d'Hebron tras la masacre de ETA, hace hoy 29 años


Hoy hace 29 años que ETA hizo explotar un Ford Sierra cargado con 30 kilos de amonal en Hipercor. De los 45 heridos, 37 llegaron en taxis, coches particulares y ambulancias al Hospital del Vall d'Hebrón. Y este menudo cirujano, el doctor José Antonio Bañuelos (Madrid, 1925), fue quien salvó a 30. Para los supervivientes -y para el resto de los 50.000 quemados que han pasado por sus prodigiosas manos- es sencillamente Dios.

-Cuando ocurrió el atentado yo estaba en Sicilia, en un congreso de cirujanos plásticos del Mediterráneo. Durante una sesión me comunicaron que en televisión decían que había un montón de quemados. Encontrar un vuelo fue de película italiana. Lo logré, y de El Prat fui directo al hospital.

-¿Qué encontró al llegar? ¿El caos? 
Un equipo que funcionaba. Un amigo cirujano decía que el buen jefe es aquel que puede ausentarse 15 días y todo marcha.

-Cuentan que organizó la estrategia como un general. 
Decidí hacer algo que nunca habíamos hecho a gran escala: operar el primer día, porque la bestia negra del quemado es la infección. Había que tener narices, pero estaba seguro de que funcionaría. Operamos día y noche. De los 37 heridos murieron siete, pero ninguno en el quirófano.

-Una máquina, doctor. 
Si estás mentalmente preparado y tu gente está preparada, puedes abordar una situación compleja. Años antes habíamos atendido a los quemados del cámping de Los Alfaques, varios de ellos extranjeros. Aquella vez no salí del hospital en siete días. No teníamos un banco de piel ni permiso para extraerla de los cadáveres de la morgue -el epitelio vive entre 14 y 18 días-. Se nos murió un niño de 10 años y me desesperé.

-Los cirujanos no son tan fríos, entonces. 
Para mí cada enfermo era el único, fuera pobre, rico, guapo o feo. Hay que tratarle como si fuera tu padre o tu hijo. Siempre quise hablar yo con las familias y pude estar dos horas convenciendo a un quemado eléctrico de que la única opción era amputar.

-Para muchos es el Salvador. 
Solo hice mi oficio. Como el carpintero, si ejercitas mucho y tienes interés, consigues una habilidad. Tras licenciarme en Lima -mi padre, un economista republicano, se exilió en el 39-, obtuve una beca para estudiar en París, fui cirujano jefe en urgencias de un hospital importante de Perú y, ya casado y con un hijo, tuve la valentía de ir a EEUU a estudiar de nuevo cirugía general en Yale y plástica en Brown.

-Un formidable expediente. 
Podía haberme quedado allí -me ofrecían un disparate-, pero tenía dos hijos y mi anhelo era regresar a España. Volví en 1965, trabajé tres años en La Paz de Madrid, contribuí a la creación del MIR, y salió una plaza de jefe de servicio de Cirugía Plástica y Quemados de Vall d'Hebron.

-¿A años luz de los servicios americanos? 
El día que me presenté a la jefa de enfermeras y le pedí unos guantes para curar quemados se rio de mí. Pero formé un equipo muy compacto y logré que hicieran unas instalaciones que garantizaran la esterilidad, con puertas mecánicas.

-Luego, la gestión de los casos de los Alfaques le dio prestigio internacional. 
Sí. Una noche vino el ministro de Sanidad francés, le llevé a la planta y dijo a la TV francesa: «Nosotros no tenemos algo similar». Ese tipo de reconocimiento conforta más que el dinero y los honores (entre ellos, la Legión de Honor de Francia).

-Y estar en la memoria de tantos pacientes. 
Recuerdo el primer caso que salvamos con un 90% de quemaduras de tercer grado. Era un joven repartidor de butano. Le hicimos 16 operaciones, volvió a su trabajo y me invitó a la boda.





Opinión:

¿Qué decir del cirujano que dirigió el equipo que me salvó las manos? ¿Qué decir del cirujano que dirigió el equipo que me salvó los brazos? ¿Qué decir del cirujano que entraba en la UCI y se pasó tantas horas revisando los injertos, los queloides, las zonas dadoras? ¿Qué decir de todo aquel equipo de doctor@s, enfermer@s, celadores, administrativ@s, mantenimiento, limpieza, RRPP… que estuvieron días y días intentando salvar nuestras vidas?

Me decían unas víctimas esta mañana, tras leer la entrevista, que pocos han sido los homenajes que se han hecho a toda esta gente. Y es que en la vida las cosas no se hacen solo por dinero… también existe la dignidad de saber que se hacen porque existe la humanidad.

Seguramente esta tarde habrá quien hablará en algún acto del apoyo (que no dan) a las víctimas, del dolor que no han sufrido o de mil historias que se han inventado porque jamás tuvieron que pasar por las manos milagrosas de Bañuelos, Crisol, Pérez, Dorrego, Portabella, Carreras, Gómez... o ver durante días o semanas las mascarillas que solo dejaban ver los ojos de Juan Carlos, Coque, Alba... ni tan solo han pisado un hospital en su triste vida y mucho menos han tenido que entrar en un cementerio, pero los que somos víctimas del atentado en Hipercor (sentencias dixit) sabemos muy bien quien es cada cual en esta historia.

Y a todos los equipos asistenciales, muchas gracias por su trabajo. Cuerpo de Bomberos, Cuerpos policiales y sanitarios incluidos.