sábado, 5 de mayo de 2018

04 mayo 2018 (6) elplural.com (artículo)

04 mayo 2018 



Análisis de Roberto Manrique: "Levantar la mano para cambiar la vida"

Opinión sobre el final de ETA del expresidente y portavoz de la Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo

La organización terrorista ETA ha hecho pública su última declaración, la que ha confirmado el "final de su trayectoria" y su "disolución" definitiva, una vez "desmantelado totalmente el conjunto de sus estructuras".
El comunicado más esperado pone fin a una trayectoria de seis décadas de violencia terrorista en el País Vasco que ha dejado un saldo de más de 850 personas asesinadas y miles de heridos, además de otras muchas otras víctimas entre amenazados y exiliados por culpa de la intimidación terrorista.

Fin de ETA

Fue el 30 de julio de 2009 ETA cometió sus dos últimos asesinatos en España al matar a dos guardias civiles en Palma de Mallorca y el 16 de marzo de 2010 se cobró su última víctima, un policía francés.
Finalmente, tras varios anuncios parciales, el 20 de octubre de 2011, bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la banda terrorista decretaba "el cese definitivo de su actividad armada".

El análisis de Roberto Manrique

En un artículo de opinión que reproducimos a continuación, Roberto Manrique, expresidente y portavoz de la Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo, reflexiona sobre el final de ETA y el daño causado por la banda terrorista.


Levantar la mano para cambiar la vida.

Los injertos de las manos y del brazo derecho no resistían el trabajo manual ni el frío de las cámaras, pero yo insistía en intentar la recuperación laboral. Desde finales de 1987 y hasta marzo de 1990 solo pude conocer a las víctimas con las que coincidía entre operación y curas mientras intentaba recuperar mi destreza como carnicero en Hipercor. Pero antes llegó octubre de 1989 y asistí al juicio como público observador, con la indeseable obligación de compartir espacio con los amigos de los acusados. Llegó noviembre y tuve en mis manos la sentencia contra Troitiño y Ernaga en un juicio que más bien fue una pantomima y junto a los abogados decidí localizar todos aquellos nombres y apellidos.
Aquel marzo de 1990 asistí a mi primera reunión de la que muchos aún conocemos como “antigua” Asociación de Víctimas del Terrorismo.
Aquel día me sorprendió comprobar la enorme cantidad de personas que habían sufrido los ataques del terrorismo y que todo aquella era información desconocida para la inmensa mayoría de la ciudadanía. Por esa razón, cuando alguien desde la mesa propuso a los llegados de fuera de Madrid si podrían colaborar para ayudar a la central de Madrid, un muelle invisible me hizo levantar la mano. Descubrí que era el único catalán presente en la sala.
Sin saberlo, la vida me cambiaba de nuevo... y lo hizo aún más cuando Juan Antonio Corredor se acercó y me dijo una frase que aun resuena en mi memoria: “tenemos dos objetivos: que las bandas terroristas abandonen su actividad para evitar mas dolor y que las victimas tengamos toda la asistencia necesaria. Bienvenido al barco”.
Desde entonces y durante los peores años, aquellos en los que ni siquiera había una legislación que ofreciera una mínima cobertura, nos esforzamos junto a otras víctimas y un excelente equipo de profesionales del derecho y la psicología por conseguir esos objetivos. El primer objetivo todavía dejó en el camino mas dolor, mas lágrimas y más muertes. Para complicar más las cosas, muchas víctimas tuvimos que desmarcarnos del uso partidista que algunos hicieron de nuestro dolor. Pero llegó octubre de 2011 y el primer objetivo se alcanzó. Ahora vivimos la certificación de que nadie mas sufrirá ningún otro atentado de la banda terrorista ETA.
El segundo objetivo, en cambio, todavía no se ha conseguido.
No me alargaré reseñando todos y cada uno de los temas que aun están pendientes de solución. Jurídicos, penales, médicos, psicológicos... Pero sí planteo una propuesta: ahora que ETA se disuelve, que la administración competente no olvide que sus víctimas seguimos ahí, con nuestros problemas diarios, reales y anónimos. Por ello, el hecho de que ETA desaparezca tras décadas de terror no puede ser sinónimo de la continuación del abandono que tantas víctimas seguimos padeciendo.
Es ahora cuando el Estado y sus representantes deben aunar esfuerzos para solucionar los asuntos pendientes. Son muchos pero si existe interés, muchos tendrán solución. Para que nadie mas tenga que levantar la mano y pasarse mas de media vida realizando una labor que se supone debería hacer el Estado.


NOTA: Estas palabras son mi humilde homenaje a todas aquellas víctimas y excelentes profesionales con las que he tenido y todavía tengo el honor de colaborar para lograr el segundo objetivo. Gracias a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario